De la vergüenza al placer_ Aprende a disfrutar de tus fetiches

De la vergüenza al placer: Aprende a disfrutar de tus fetiches

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¿Alguna vez has sentido un cosquilleo especial al ver unos panties de encaje? ¿O te has excitado imaginando a alguien oliendo tus bragas usadas? Si es así, no estás sola. Muchas personas tienen fetiches, pero pocas se atreven a hablar de ellos sin sentir vergüenza. Hoy queremos decirte algo importante: lo que te excita no está mal.

¿Qué es un fetiche y por qué lo tenemos?

Desde el punto de vista psicológico, un fetiche es una preferencia sexual intensa por un objeto, prenda o situación específica, como pueden ser los juegos eróticos online, las videollamadas eróticas, o incluso la venta de bragas usadas. Muchas veces, estos gustos nacen de asociaciones que se crean en la infancia o adolescencia y que nuestro cerebro sexualiza con el tiempo.

Lejos de ser algo raro o enfermizo, los fetiches son simplemente formas personales de experimentar el deseo. Algunas personas lo viven con los pies, otras con la idea de estar sin bragas, otras con escuchar audios eróticos o mirar una foto de un culito en tanga. Y todo eso está bien.

¿Por qué sentimos culpa?

Porque nos han enseñado que el sexo “correcto” debe ser normativo, discreto y sin demasiada creatividad. Pero el deseo humano es todo menos plano. El problema no es lo que te gusta, sino cómo lo juzgas. La culpa aparece cuando sentimos que no “deberíamos” excitarse con eso… pero, ¿quién pone las reglas?

Cómo pasar de la vergüenza al placer

  1. Nombrarlo: Identificar tu fetiche (¿te gustan las braguitas mojadas? ¿Las tangas fotos? ¿El juego erótico online?) ya es un paso enorme.
  2. Informarte: Entender que no eres rara, sino que formas parte de una enorme comunidad de personas que sienten lo mismo, es liberador.
  3. Explorarlo: Puedes vivir tu fetiche a tu manera, con seguridad y consentimiento. Puedes incluso compartirlo vendiendo tus prendas en plataformas como Secret Panties, donde el deseo se convierte en experiencia real, sin juicios.

Mereces disfrutar sin culpa

Liberarte de la vergüenza sexual es una forma de autoconocimiento. Tu deseo es tuyo, y nadie debería dictarte cómo sentir placer. Si te excita que alguien huela tus pantys usados, que te vean en tanga de leopardo, o incluso simplemente hablarlo en un chat guarro, es parte de tu mapa erótico. Y no tiene nada de malo.

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