Cuando pensamos en placer, muchas veces nos limitamos a los clásicos: clítoris, punto G… en definitiva, una buena masturbación femenina, ¡pero tu cuerpo tiene un mapa mucho más amplio!
Explorar otras zonas erógenas no solo te da más placer. También despierta una conexión más profunda contigo misma o con quien compartes el momento. Si te apetece descubrir rincones poco explorados y sensaciones intensas, esta guía es para ti.
1. Punto G… ¿y el punto A?
Ya sabes lo básico del punto G: está a unos centímetros dentro de la vagina, en la parte frontal, y al estimularlo puedes incluso experimentar un squirt. Pero hay más: el punto A está un poco más profundo, entre el punto G y el cuello del útero. Al tocarlo con delicadeza, puedes despertar orgasmos más suaves, prolongados y envolventes.
2. Zona pélvica y bajo vientre
La piel que rodea el pubis y la parte baja del abdomen tiene terminaciones nerviosas que responden muy bien a las caricias suaves, la presión rítmica o incluso un poco de vibración externa. Ideal para incluir en tus juegos eróticos online o para guiar a alguien en una videollamada caliente.
3. Parte interna de los muslos
Esta zona es un puente entre la insinuación y la acción. Lenta, sensual, excitante. Ideal para caricias, mordiscos suaves o rozar con una tela provocadora, como unas bragas de encaje o unas medias sensuales. El contraste entre lo cubierto y lo descubierto puede ser brutalmente excitante.
4. Cuello, nuca y orejas: el arte del susurro
Aquí no necesitas manos, solo labios, aliento o palabras. Un audio erótico bien susurrado, una frase picante cerca del oído o una caricia leve en la nuca pueden hacer temblar de deseo sin tocar más.
5. Perineo: el gran olvidado
Justo entre la vagina y el ano, hay una zona ultrasensible que muchos pasan por alto. Estimularla suavemente, con la yema de los dedos o con presión rítmica, puede potenciar el orgasmo. Si no la has probado… ahora es el momento.
¿Lista para llevar tu placer más allá del punto G?
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